Sigamos al Cordero
Vengan, sigamos
al Cordero de Dios;
donde quiera que Él vaya,
encendidas estén
nuestras lámparas
y a la mano el aceite.
En mi íntimo jardín,
guardado para Él,
mi fruto encontrará,
dulce como la miel.
Él nos convoca a las bodas de su amor,
y a compartir de su mesa;
al banquete nupcial de su reino
y en amor cenar con Él.
Le doy mi corazón
y mi alma entera,
mi ofrenda de oración
y todo mi amor.
Vengan, sigamos al Cordero de Dios;
donde quiera que Él vaya,
encendidas estén nuestras lámparas
y a la mano el aceite.
En mi íntimo jardín,
guardado para Él,
mi fruto encontrará,
dulce como la miel.
Él nos convoca a las bodas de su amor,
y a compartir de su mesa;
al banquete nupcial de su reino
y en amor cenar con Él.
Le doy mi corazón
y mi alma entera,
mi ofrenda de oración
y todo mi amor.
En mi íntimo jardín,
guardado para Él,
mi fruto encontrará,
dulce como la miel.
Le doy mi corazón
y mi alma entera,
mi ofrenda de oración
y todo mi amor,
todo mi amor…
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